domingo, 7 de octubre de 2007

Tragedias cotidianas que pueden evitarse.

Nuestro país posee el tristísimo demerito de poseer uno de los índices más altos de mostalidad por accidentes de tránsito. Y nos coloca a la cúspide de los pasases subdesarrollados desde el puntod e vits a de la siniestralidad en el tra´nsito. en los doas últimos añis murieron cerca de 14.000 personas y unos 240.000 heridos de distinto grado de discapacitados. Las pérdidas económicas del tránsito superan los U$S 10.000 millones de dólares al año.

La increíble devastación humana que esta impresionantes cifras provoca es prácticante inimaginable y no se compara con ningún desastre de la naturaleza
o humano que haya ocurrido en nuestra regió continental.
La situación es asimilable a si cada 10 días absolutamente todos los meses ocurriera una tragedia como la de la discoteqe Cromagnon, que tanta difusión público ha tenido en medios nacionales e internacionales. Si esto ocurriera todos correríamos apresuradamente para corregirlo. Sin embargo con el tránsito, sus muertos, lesionados, familias traumatizadas por décadas. no se abre el debate público y privado con la magnitud que la situación requiere.

Los accidentes de tránsito en la Argentina son la primera causa de muerte en menores de 35 años, y la tercera sobre la totalidad de los argentinos. Este derramamiento de sangre y vidas truncadas debe finalizar de una vez por todas, fomentando todas las conductas humanamente posibles para eliminar la mayor cantidad de daños y mitigar los que inevitablemente sucedan.

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